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Jaime
12 avril 2008

Traducción educación

<aut>Jean Raymond Masson

<Título>La contribución de la política europea de formación profesional a las reformas en los países asociados de la Unión Europea

H1. Introducción

El desarrollo del capital humano es cada vez más necesario para hacer frente a los retos que plantea la globalización y la economía del conocimiento. Se encuentra en el centro de los nuevos retos que plantea la transición hacia una economía de mercado y una sociedad democrática,  y la preparación para la adhesión de los países candidatos y potencialmente candidatos. Constituye igualmente un factor esencial del proceso de transición en el que están embarcados los países de Europa del Este y de Asia central, del establecimiento de un espacio de libre cambio euro-mediterráneo en el Magreb y el Mashrek, así como de la integración de estas regiones (1) en las nuevas políticas europeas de vecindad. Es en este contexto donde los sistemas de educación y de formación están cuestionados en todos los países asociados de la Fundación europea de formación y en particular la enseñanza y la formación profesional son objeto de reflexión y de reformas substanciales.

De esta manera, estos países manifiestan hoy en día un entusiasmo creciente con respecto a las evoluciones de la política comunitaria en materia de educación y de formación en el contexto de la estrategia de Lisboa, así como con respecto a la diversidad de iniciativas puestas en marcha en los países de

la Unión Europea.

Las recomendaciones del memorándum de

la Comisión

y de

la Comunicación

sobre la educación y la formación permanente [5] y los instrumentos introducidos en el contexto del proceso de Copenhague [3] han suscitado un interés particularmente intenso. Las autoridades nacionales se han mostrado deseosas de integrar los mensajes y las herramientas de

la Unión

en el desarrollo de sus políticas. Estas iniciativas disfrutan del apoyo de los programas europeos de asistencia y de cooperación, así como del apoyo de la Fundación.

Aunque fuese demasiado pronto para evaluar el impacto de estos trámites sobre los sistemas de exudación y de formación en los países involucrados, parece posible obtener las primeras lecciones de experiencias y de reformas emprendidas en este contexto y obtener una enseñanza apropiada para una mejor utilización de los instrumentos de

la Unión

en la perspectiva de próximas ampliaciones y del éxito de la política de vecindad. Las preguntas son las siguientes: ¿Cómo los países socios pueden sacar el mejor partido de la diversidad política, métodos y planteamientos en el seno de

la Unión

, tanto en el nivel comunitario como en el de cada país? ¿Cuál puede ser su contribución a los cambios sistemáticos necesarios para la transición hacia la democracia y la economía de mercado? ¿La presentación de mensajes europeos en el marco de programas de asistencia y de cooperación es la más eficaz en cuanto a las necesidades de los países? ¿El proceso de elaboración de la política de

la Unión

en materia de enseñanza y de formación profesional debería extenderse a los países socios? ¿Cómo entablar una cooperación reforzada en el ámbito de la enseñanza y de la formación profesional entre

la Unión

y sus países asociados? ¿En qué puntos el nuevo contexto de aprendizaje mutuo creado en

la Unión

puede beneficiar al desarrollo de las políticas en los países asociados?

Más allá de las acciones relacionadas por la Fundación con lo cotidiano de los países asociados, estas preguntas han estado a la orden del día en el coloquio que tuvo lugar en Turín en junio de 2005 sobre el tema “Lo que es bueno para Europa es bueno para sus vecinos” [16], así como los trabajos del comité consultivo en junio de 2006 [11], en el que se hizo un estudio del tema “Aprender de la diversidad: desarrollo de la formación y de la enseñanza profesionales en la Unión Europea y sus países asociados”. Al igual que estos trabajos, este artículo pretende contextualizar brevemente la evolución reciente de la política de la UE en materia de educación y de formación, resaltar la diversidad de los instrumentos y de los acercamientos utilizados, aclarar su importancia con respecto a los sistemas de enseñanza y de formación profesionales en los países asociados y su contribución a un proceso reforzado de aprendizaje de políticas, y sacar conclusiones y nuevas preguntas a partir de la experiencia de la Fundación.

H1. Políticas de educación y de formación en la Unión Europea

La política comunitaria de educación y de formación ha evolucionado considerablemente como elemento de la estrategia europea para el empleo desde el Consejo de Luxemburgo de 1997 y más todavía desde el Consejo de Barcelona de 2002 en lo que se refiere a la estrategia de Lisboa puesta en marcha en el año 2000. Los ministros de educación han llegado a un acuerdo sobre tres objetivos principales: mejorar la calidad y eficacia de los sistemas de educación y formación un la UE, asegurar que todo el mundo tenga acceso a estos y abrir la educación y la formación al mundo exterior [4]. Han decidido realizar los cambios necesarios aplicando el “método abierto de coordinación”, compartiendo los conocimientos, persiguiendo objetivos comunes y sacando conclusiones de las prácticas llevadas a cabo fuera de sus fronteras.

En este marco, los ministros han establecido y desarrollado desde el año 2002 una cooperación reforzada en materia de enseñanza y formación profesional. Iniciado por la declaración de Copenhague [3] de 2002, dicho ejercicio ha aumentado la cooperación voluntaria en el ámbito de la enseñanza y la formación profesionales con el fin de favorecer la confianza mutua, la transparencia y el reconocimiento de las competencias y de las calificaciones, elementos esenciales para mejorar la movilidad de las personas y facilitar el acceso al aprendizaje permanente. Contenía las siguientes prioridades: la dimensión europea, la transparencia, información y consejo, reconocimiento de las competencias y las calificaciones yla garantía de calidad.

Además, el programa de trabajo “Educación y formación 2010” cubre no sólo los sistemas formales, sino que también, y cada vez más los ámbitos de enseñanza no formales, la enseñanza y la formación profesionales y la enseñanza superior. Esta integración se corresponde con la idea de que la enseñanza y la formación profesionales tratan cada vez más niveles de educación y de formación. Además la recuperación de la estrategia de Lisboa por el Consejo Europeo en marzo de 2005 ha identificado claramente la necesidad de reforzar los lazos más estrechos entre crecimiento y empleo y de reorientar el proceso hacia la valorización del capital humano, de la sociedad del conocimiento y el aprendizaje permanente. Las directrices introducidas por el crecimiento y el empleo [7] han sido adoptadas por el consejo de junio de 2005, en el seno de las cuales las prioridades del programa de trabajo ”Educación y formación 2010” están firmemente ancladas.

Dentro del contexto del método abierto de coordinación, estos objetivos políticos han estado acompañados por un método de trabajo basado en un conjunto de instrumentos, de referencias, de principios, de dispositivos, de indicadores, de benchmarks (criterios de referencia) y de bases de datos de prácticas correctas. Se articulan en torno a un conjunto de grandes temas prioritarios tales como la orientación permanente, el uso eficaz de los recursos, la promoción de las actividades de educación y formación, la transparencia, la movilidad, el reconocimiento de las calificaciones, la identificación y la valoración de los aprendizajes no formales e informales, la formación del cuerpo docente y el seguro de calidad.

En principio se trata de un conjunto de herramientas como

La Guía

del Agente de Desarrollo de Sistemas de Orientación Profesionales Permanentes, el pasaporte de formación Europass, el Marco Común del Seguro de Calidad para

la Formación Profesional

, el Marco Europeo de Cualificaciones
(EQF) y el Sistema Europeo de Créditos para

la Formación Profesional

(ECVET) pendientes de validación. Junto con estos instrumentos comunes, una serie de basesde datos de prácticas correctas se apoyan en la diversidad de políticas y de iniciativas desarrolladas en los países europeos. Concretamente se trata de “la caja de herramientas europea de medidas propias para promover un uso adecuado de los recursos”, la presentación general de prácticas correctas e iniciativas políticas sobre “el medio propicio para la formación continua: hacer que el aprendizaje resulte más atractivo y reforzar los lazos con el mundo laboral y la sociedad” o el banco de datos de medidas que afectan al aprendizaje permanente. Podríamos citar también la red de Centros Nacionales Europass y

la Red Europea

de Seguro de Calidad para

la Formación Profesional.

Finalmente se ha identificado un conjunto de indicadores y de benchmarks que permite no sólo seguir los progresos de

la Unión

, sino también los de cada uno de los países miembros de acuerdo con unos objetivos fijados. Entre éstos últimos, la tasa de jóvenes que abandonan prematuramente los estudios, la tasa de finalización de la enseñanza secundaria superior y la tasa de participación de los adultos en la formación permanente son indicadores especialmente importantes a la hora de medir los progresos de las reformas de la enseñanza y la formación profesional.

Todos estos instrumentos políticos están a disposición de los países candidatos que de ahora en adelante están asociados a las políticas de la UE y utilizan los dispositivos e instrumentos comunitarios para aplicar el programa de trabajo “Educación y formación 2010”. A excepción de las actividades de aprendizaje entre iguales aplicadas automáticamente en 2006 con el objetivo de intensificar los esfuerzos y facilitar el aprendizaje mutuo a la vista de los objetivos del programa, estos instrumentos están igualmente disponibles para otros países deseosos de modernizar sus sistemas, de acercarlos a las normas y  a las prácticas comunitarias o de facilitar la movilidad de los trabajadores entre su país y la Unión Europea.

H1. Enseñanza y formación profesionales en los países asociados: los desafíos pendientes.

H2. La diversidad de los países asociados

Los países asociados a

la Fundación

son muy diversos, especialmente en términos de organización política, de desarrollo económico, de condiciones sociales, de demografía y de tradiciones culturales, y presentan una gran variedad de de sistemas de educación y de formación. Si se trata del índice de desarrollo humano medido en 2004 por el PNUD [24] y que integra datos concernientes a la duración de la vida, el nivel de educación, la participación en la enseñanza primaria, secundaria y superior, y el PIB por habitante, los países concernientes se escalonan desde el 23º (Israel) hasta el 123º (Marruecos) como lo muestra la tabla 4 del anexo, así que los antiguos países candidatos con los que

la Fundación

ha trabajado hasta 2004, se sitúan entre el puesto 27 (Eslovenia) y el 45 (Letonia). Los Balcanes occidentales pasan del puesto número 44 (Croacia) hasta el 73 (Albania).

La Federación

de Rusia se sitúa en el puesto 65 y Turquía en el 92. Los países de Asia central y del Transcáucaso, del 80 (Kazakhstan) al 113 (Ouzbékistan). La variante más grande se observa en el seno de los países de la zona Meda que se extienden desde el puesto 23 (Israel) y del 78 (Líbano) hasta el 111 (Egipto) y el 23 (Marruecos), pero también en el seno de Europa del este donde Bielorrusia está en la posición número 67, Ucrania en la 77 y Moldavia en la 114. Sin embargo, el análisis demuestra que atraviesan dificultades comunes a nivel de enseñanza y de formación profesionales. Todos han encarado a los desafíos que se expresan en términos similares a los de

la Unión

, pero tienen una escala muy diferente y sus contextos son muy variados.

Aunque haya muestras de progreso en muchos países, la media de los resultados de los sistemas educativos es inferior a aquella de los países de la Unión y tiene tendencia a bajar, como lo demuestran los estudios e indicadores internacionales. Bien entendida, esta apreciación global esconde una gran diversidad de situaciones: así, la última encuesta PISA 2003 [19] sobre la cultura matemática de los jóvenes de 15 muestra que Rusia está al mismo nivel que Hungría e Italia, por debajo de la media de los países de la OCDE, mientras que Serbia y Turquía quedan algo descolgadas y Túnez por debajo de la media de los 40 países que aparecen en la encuesta, al igual que Brasil, como lo muestra la tabla número 1 más abajo. Por lo demás, Rusia ve sus resultados en relación a la cultura científica claramente en progreso, mientras que los relativos a la lectura están retrocediendo con respecto a sus vecinos Polonia y Letonia. Los resultados de las encuestas TIMSS [1] relativos a las competencias en matemáticas y en ciencias de alumnos de 8º curso (alrededor de 14 años) efectuadas en 1995, 1999 y 2003 relativizan la información como se muestra en la tabla 2: Rusia se sitúa en la parte alta de la tabla, pero retrocede en 2003 con respecto a 1999 en matemáticas y en ciencias, Rumanía y Bulgaria en posición intermedia, por debajo de los países europeos relativos a la encuesta, Bulgaria muestra un descenso con respecto a 1995, mientras que Macedonia, Jordania y sobre todo Túnez han retrocedido notablemente.

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